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El 15 de octubre de 1990 entraba en vigor la Ley del Deporte que obligaba a los equipos a convertirse en sociedad anónimas. La deuda con la Administración era entonces de 16.000 millones de pesetas. “No había nadie responsable de la gestión”, recuerda Gómez Navarro
1989. Los clubes de fútbol de Primera y Segunda arrastraban una deuda de 28.600 millones de pesetas de los que casi 16.000 se los debían a Hacienda y la Seguridad Social. El Gobierno socialista de Felipe González ya había salido al rescate con un plan de saneamiento en 1985 pero cree necesario dar un paso más para establecer un control administrativo, tributario y social en los clubes.
La vía que encuentra es en un cambio de forma jurídica. El 15 de octubre de 1990 se aprueba la Ley del Deporte que obligaba a las entidades que participan en competiciones oficiales de carácter profesional a convertirse en empresas. Nacían las Sociedad Anónimas Deportivas y, con ellas, el gran paso hacia la mercantilización del fútbol.